Mi perro tiene miedo a otros perros: ¿qué puedo hacer?
Si en lugar de alegrarse ante la
presencia de otro perro, tu can se bate en retirada con las orejas gachas
y la cola entre las patas, préstale atención, porque te está diciendo que su
emoción no es precisamente de alegría. Enseguida explicaremos el porqué de sus
temores y daremos algunos consejos para combatirlos.
El miedo, un mecanismo de defensa
Los perros son animales sociables
y a casi todos les encanta jugar y retozar con sus semejantes, pero algunos
pueden tener miedo a las personas desconocidas, a las cosas
e incluso a otros perros.
Si
tu perro es de los que, al encontrarse con otro, lo rehúye, se encoge o le
gruñe desafiante, debes saber que, en su lenguaje
corporal, está diciéndole: “Aléjate y no te acerques, que desconfío de tus intenciones”.
El hecho de que tu perro tenga miedo no
debe frustrarte, ya que se trata de un mecanismo de defensaante
situaciones que percibe como negativas.
La
clave reside en saber sobrellevar o reconducir esos temores para evitar que se
conviertan en fobias capaces de atormentarlos e impedirles que se relacionen,
de forma placentera y sin agobio, con otros perros.
En
este post te proponemos varias estrategias para que puedas conciliar, de manera
positiva, la relación de tu perro con el entorno que le rodea y,
en concreto, con sus semejantes de cuatro patas.
Perros con miedo, causas
Los
perros temerosos de otros perros suelen tener razones sólidas para mantener su
actitud.
En
nuestras manos está el que se perpetúe o se solucione este conflicto y, para
conseguirlo, debemos conocer las causas:
1.
Malas experiencias
Un cúmulo de experiencias traumáticas,
vividas en el pasado, pueden dejar mella en la mente de tu perro, de
tal manera que, con el tiempo, degenere en miedo, e incluso fobia,
respecto del entorno y los seres que le rodean.
Si tu perro es adoptado, procura
averiguar datos relevantes sobre su vida en el refugio y hasta llegar a él, te
servirán para emprender la labor de educación. En estos casos, la colaboración de un experto en
conducta canina será imprescindible.
2.
Falta de socialización
La
falta de relación de los cachorros entre sí o con otros perros, o falta de
socialización, tiene remedio, aunque la corrección es algo compleja en la etapa
adulta y, a menudo, precisa de la orientación de un etólogo o educador canino.
Lo
ideal es que la socialización se inicie cuando los perros son aún cachorros, pues es
una etapa en blanco en la que los animales empiezan a definir su conducta, sin
lastres que los condicionen, como pueden ser los temores por traumas vividos en
el pasado.
Un
cachorro apenas tiene pasado y, por tanto, es fácil educarlo en la aceptación
de los diversos elementos que componen su presente, como son otros perros, pero
también: ruidos, automóviles, personas, gatos, pájaros, cobayas u otros
animales, juguetes, electrodomésticos, etc.
Para
reconducir los temores de nuestros perros adultos, lo primero que debemos saber
son sus razones, y como no pueden explicarlas, tenemos que averiguarlas, de una
u otra manera.
Una forma de llegar a la raíz del
trastorno es anotar,
una por una, todas las conductas que nuestros perros perciben como angustiosas.
Este trabajo de campo nos será
muy útil para acercarnos al sentir de nuestro perro pero, probablemente,
necesitaremos la ayuda
de un etólogo o educador canino, para acabar de resolver
los conflictos de forma satisfactoria.
“Si
tu perro no ha tenido contacto con sus hermanos, ni con otros perros en su
más tierna etapa de vida, es comprensible que no esté acostumbrado a
relacionarse con sus semejantes y tenga miedo”
3.
Temores por una educación mal encaminada
En
ocasiones, es precisamente la conducta de los humanos lo que agrava la
situación de temor de los perros.
Cuando
un perro tiene miedo a otros perros, lo mejor es mantener una posición neutra,
apartando al animal de lo que le provoca el temor, pero sin exagerar la
situación ni hacer un drama.
En
resumidas cuentas, de lo que se trata es de tener mano izquierda para que, poco
a poco, el perro miedoso se dé cuenta de que los otros solo quieren jugar con
él y que juntos disfrutará mucho más.
Para este viaje sí se necesitan
alforjas, ya que es posible que precises de la ayuda de un especialista en conducta animal,
como un etólogo o educador canino.
Consejos para ayudar a tu perro a no tener miedo de otros
perros
Un
problema que ha tardado mucho tiempo en gestarse no puede solucionarse de la
noche a la mañana.
Que
tu perro disfrute con la compañía y la complicidad de otros perros es un
objetivo que requiere técnica, paciencia y un período paulatino de adaptación.
Sin prisa, pero sin pausa, es posible alcanzarlo.
Veamos
algunos procedimientos que te ayudarán en el intento:
·
Desensibilización
Es
una técnica que, aplicada a los perros miedosos, da muy buenos resultados,
aunque se requiere una gran dosis de paciencia y cariño.
Desensibilizar
significa continuar con los paseos y las salidas al parque o la montaña, donde
nuestro perro se encontrará con el objeto de sus temores. Cuando esto ocurra,
mantendremos la distancia de confort e iremos acortándola progresivamente. Cada
vez que nos acerquemos un poco y nuestro perro se sienta tranquilo, lo
felicitaremos, y así hasta conseguir disipar todos sus temores.
Otra
opción es escoger lugares frecuentados por perros tranquilos para ir subiendo
el listón de dificultad con otros canes más impetuosos.
·
Contra-condicionamiento
El contra-condicionamiento o
condicionamiento inverso, es una técnica pensada para modificar las conductas
indeseadas en los perros. Consiste en asociar aquello que le da
miedo al perro con algo agradable para él.
Con
esta técnica lo que se pretende es que tu perro vaya asociando poco a poco las
situaciones inquietantes con experiencias gratificantes; un ejemplo sería jugar
con tu perro o darle un premio en el momento en que los otros canes se
acerquen; la fórmula: perros cerca + juegos o golosinas = experiencia positiva,
es muy efectiva.
Sea
cual sea el método, lo esencial es llevarlo a cabo, de manera progresiva, y
adaptándolo a las respuestas del perro, con cariño y sin castigos, ya que éstos
sólo agravarían el problema.